En
el capítulo del viernes, Nina intenta consolar a Max, a quien encontró
golpeado en la acera de una calle llorando y ebrio. El pobre hombre se
siente como una basura y lo menos que quiere es regresar a esa mansión
con esas personas que jamás lo han tratado bien y solo lo utilizan.
Carmina lo llama al teléfono pues se supone se iban a encontrar en la
cabaña.
Mientras
tanto, Jorgito también espera a Nina a quien preparó una romántica cena
como símbolo de amor y de su retomada relación. Nina le escribe que no
podrá ir pues se presentó un inconveniente.
Nina
lleva a Max a un restaurante de la ciudad y le pide un jugo de naranja
con un churrasco para levantarle la borrachera. Después de la cena el
hombre se juega la de galán y saca a bailar a Nina a la pista, intenta
seducirla con sus palabras sus brazos, pero Nina no cede tan fácilmente.
En la mansión, Ivanna también enloquece de incertidumbre su esposo,
llama al hospital y la comisaría para saber si está en alguno de esos
lugares.
Finalmente,
Max llega a casa y finge haber sido víctima de un robo, eso explica los
golpes en la cara. Según su teoría, los bandidos sabían que él era
cuñado de Tifón y por eso lo llevaron al cajero a saquearlo. Carmina
actúa como si no hubiese sido la gran cosa.
A
solas con Max, Carmina reclama a su amante que la haya dejado plantada
en la cabaña. Él mantiene la excusa del robo, pero no convence a la
incrédula de Carmina.
Al
día siguiente, Carmina no deja a un lado la paranoia, así que busca a
Débora para averiguar si su hijo continúa saliendo con Rita. Débora le
asegura que es otra mujer, y pese a las insistencias de su exsuegra
sobre el peligro que representa Rita, ella la echa de su casa casi a
patadas.
Luego
se dirige al basurero para encontrar a Nilo, él es la única persona que
le puede dar una luz del paradero de Rita, pero una de las pequeñas le
dice que el viejo se fue meses atrás a vivir en Copacabana.
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